Donde nosotros vemos un suelo recién fregado...
ellos ven una magnífica pista de patinaje.
Ellos siempre saben encontrar el camino que tiene más charcos...
y más barro.
El momento bañera se puede convertir en la historia de piratas
más apasionante jamás contada.
Con cuatro cacharros, dos osos de peluche y un pitufo,
te montan un salón de té de lo más refinado.
Y cuando el mundo se ha vuelto loco,
ellos saben sacar la mejor de nuestras sonrisas.
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